Amaba mi viejo par de Crocs. Eran tan cómodos para usar en casa que no podía deshacerme de ellos. Incluso cuando se les hicieron agujeros en los costados, los seguía conservando. A mi cuñada le encanta comprar en línea. Un día, me envió fotos de una selección de pantuflas y me pidió que eligiera entre ellas. Mi elección gravitó hacia una especie de pantufla de goma que se parecía a mi viejo y familiar par. Entonces, un día recibí un paquete por correo: ¡un nuevo par de zapatos! Celebré una ceremonia de despedida para mis viejos zapatos y le pedí a mi esposo que me grabara un video tirándolos a la basura. “¡Adiós, Crocs!”
Tirar mis viejos zapatos me recuerda un versículo sobre tirar a la basura.
“Ya que han oído acerca de Jesús y han conocido la verdad que proviene de él, despojen su vieja naturaleza pecaminosa y su antigua manera de vivir, que está corrompida por la lujuria y el engaño. En cambio, permitan que el Espíritu renueve sus pensamientos y actitudes. ‘Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser como Dios, verdaderamente justo y santo’” (Efesios 4:21-24 NTV)
La decisión de seguir a Jesús implica dejar atrás el pasado y adoptar una nueva forma de pensar y gestionar nuestra vida. Sin embargo, no se trata de una decisión que se toma una sola vez, sino que debe renovarse continuamente día a día. Desechar nuestros pensamientos, actitudes y acciones anteriores es un acto consciente, tal como resalté la transición a mi nuevo par de zapatos tirándolos dramáticamente a la basura. Seguimos adelante al dejar de comportarnos como antes. Es como el agua que pasa bajo un puente, que se lleva los escombros y las cosas de nuestra antigua vida. Implementamos nuestra nueva naturaleza, vistiéndonos de nuevas maneras, como cuando nos ponemos un nuevo par de zapatos. Tuve que deshacerme de mi viejo par de zapatos para no sentir la tentación de usarlos como segunda opción. Realmente no valía la pena guardarlos, así como no vale la pena seguir las viejas formas de vida.
No nos volvemos automática y fácilmente a seguir siempre nuestra nueva naturaleza. Es un proceso. Necesitamos que el Espíritu Santo nos ayude, y podemos pedirle libremente que lo haga.
Enero es un buen momento para renovar nuestro compromiso de leer la Biblia de manera constante. Al leer con oración, somos guiados por el Espíritu Santo, quien nos guía “por senderos de justicia, dando gloria a su nombre” (Salmo 23:3 NTV). Aprendemos sobre nuevas formas de vida y ponemos nuestra mente en ese camino. Renovamos nuestra mente al exponernos constantemente a los caminos de Dios. Nuestro cambio puede ser lento, pero al leer la Palabra fielmente, podemos progresar. Podemos decir: “Fuera lo viejo, adentro lo nuevo”.
Oración: Señor, gracias porque renuevas nuestra mente guiándonos por caminos correctos. Ayúdanos a alejarnos conscientemente de los pensamientos, hábitos y acciones de nuestra vida anterior, y a revestirnos de los hábitos vivificantes de nuestra nueva vida en Ti. En el nombre de Jesús. Amén.
Alice Burnett
Red Deer, Alberta, Canadá
Traducido por Pascal Lambert